lunes, 16 de enero de 2017

LAS FALSAS PROMESAS DE CAMBIO EN LA FIFA

Por Carlos F.Ramírez

Pues nada, ha ocurrido lo que nosotros, quienes vivimos en la realidad del fútbol mundial, temíamos.  De nada sirvió la esperanza infundada de que el nuevo jerarca de FIFA, Gianni Infantino respetara lo que la Copa del Mundo era y que había perdido ante la absurda comercialización y beneficio de unos cuantos “vivos”: promover el fútbol en el mundo, a todos los niveles, pero respetar la seriedad de una Copa del Mundo donde compitan los que hubieran logrado ese nivel de calidad que solo llega con trabajo, inversiones y perseverancia.

Eso hubiera sido respetar los esfuerzos de federaciones de países que buscan siempre mejorar en seriedad y calidad del juego; lo cual era un acicate y reto para los países cuyo fútbol requiere mejorar. 

Pues bien, en vez de eso han aprobado una caricatura de “Copa del Mundo”, donde todos (malos, buenos, mediocres, nuevos y antiguos) podrán competir en la final de una copa del Mundo a partir de 2026.  Nadie sabe dónde quedó la promesa de FIFA de mejorar el Mundial, forzando a todos los países a mejorar sus ligas, desarrollar mejor a sus jugadores, etc., para poder competir honrosamente con los mejores del mundo, que sí hicieron ese esfuerzo a lo largo de casi un siglo.

Claro que están felices los países de ciertos continentes (Asia, África, como ejemplo) que, por diversas razones, nunca han hecho inversiones ni logrado elevar el nivel de su fútbol. 

Ah, pero “la nueva” FIFA (que sigue con lo mismo que la anterior) dice que ahora el Mundial será un torneo muy rico, que estiman aumentará en mil millones de dólares adicionales sus ingresos en publicidad y boletaje, solo en el primer campeonato que incluirá…48 selecciones de fútbol mundiales.

Quienes piensan con la cabeza, señalan que estamos ante un torneo de baja calidad, donde 75 de las federaciones afiliadas a FIFA podrán ganar un lugar en el Mundial cada cuatro años, y se beneficiarán por estadios llenos en las rondas de clasificación.
Habrá que ver lo que ocurre después de los Mundiales de Rusia y Qatar. Basta hacer unas cuantas matemáticas:

Desde Francia 1998 hasta Qatar 2022, el mundial consiste de 32 finalistas que juegan 80 partidos.  Uno se pregunta qué truco matemático harán, y si los países lo aceptarán, cuando a partir de 2026, serán 48 finalistas (nadie se ha atrevido a decir cómo se repartirán por Confederaciones); de allí 32 avanzarán a una ronda final, 16 regresarán a su casa.  Tampoco se atrevieron a sugerir calendario.
Será sin duda, un absurdo torneo:  juren ustedes que como no han decidido la programación, habrá discusiones y arrepentimientos por todas partes.

No cabe duda que manipulando números la nueva FIFA se beneficiará.  Hago la siguiente pregunta ya que nadie de FIFA, ni el presidente Infantino, ni el canadiense Montigliani de CONCACAF dieron una respuesta clara: ¿responderá la gente ante un torneo de tan dudoso atractivo y posiblemente cansado y caro para el público aficionado?    

Como no hay antecedentes, cualquiera puede hacer sus cálculos según sus propios deseos y suposiciones.  Así dicen que un torneo como el que planean organizar en Estados Unidos y Canadá, generaría casi 7 mil millones de dólares en ingresos;
Dicho por “expertos” de esas dos naciones que se beneficiarán de todas formas por ser sedes.

Pero nadie habla de la logística de esos nuevos torneos, las diferencias entre el fútbol y ligas de las naciones contendientes, la creación de lugares para acomodar a los participantes y sus seguidores, además los sitios de entrenamiento para 16 selecciones más de las normales, etc., etc. 

Y, sobre todo, ¿cuál será la reacción de las naciones que serán perjudicadas en el desarrollo de sus ligas y juegos de copas, etc., como en Europa y América?

Como dijo alguien, el proyecto está fundamentado que solo países ni siquiera ricos sino millonarios, podrán ser sede de los Mundiales del futuro; aunque antes los países ricos pueden ganar dinero a costa de los que no lo son…

Y usted lector, ¿qué opina?


Infantino: la FIFA por más negocio...

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