"TODO TIEMPO
PASADO FUE MEJOR" Y USTED ¿QUE OPINA?
Por Carlos F. Ramírez
Ha sido mi costumbre por mucho tiempo, no criticar lo que creo podría
mejorarse en el fútbol mexicano, a menos que pueda uno sugerir soluciones
factibles. Y sobre todo, que esté en mis
manos aplicarlas. Criticar es muy sencillo, lo difícil es sugerir soluciones a
las que uno apueste que resolverán el problema. Llevamos décadas de criticar al
vacío los errores del deporte mexicano y algunos de sus administradores.
De vez en cuando surgen figuras de gran valía internacional; en la
natación (Capilla y otros), en el atletismo (nuestros militares, campeones
mundiales y olímpicos en hipismo y carreras de resistencia ); uno que otro as
tenista masculino o femenino…aunque creo que usted lector tiene su propia idea
del por qué han sido tan pocos; yo me voy a animar a dar algunos de mis
conceptos, desde luego abiertos a la crítica.
En primer lugar, las escuelas y universidades dan al deporte cada vez
más un valor secundario. Han dejado de
existir ligas de beisbol o fútbol o fútbol Americano (si es que usted llama
deporte a este juego de “buzos y escafandras” como irónicamente lo bautizó mi
querido amigo Flavio Zavala Millet); y las que hay no tienen el arrastre popular
que en algún tiempo tuvieron.
Hablemos concretamente del fútbol asociación o “soccer” como ya
empezaron a llamarle algunos “pochos”.
Desde tiempo inmemorial el fútbol mexicano ha sufrido falta de liderazgo
permanente. Cuando el fútbol apareció en México lo introdujeron en forma
ordenada, los ingleses primero y enseguida los españoles; tenían calendarios de
competencia con lógica.. Cuando ya
popularizado se hizo profesional allá por 1942, tuvimos nuestros propios ídolos
(Casarín, “Dumbo” López, Estrada, el “Calavera” Ávila, el “Aclante” de los
“prietitos”);el fútbol se hizo popular.
Pero desde entonces…
El crecimiento de nuestra liga es paralela a pleitos continuos porque
debemos de aceptar, que quienes más daño han hecho al fútbol mexicano, han sido
mexicanos que quieren favorecer no al deporte ni al público aficionado, sino a
sus propios objetivos, que van de prepotencia, a beneficios personales o de
instituciones políticas o financieras o comerciales; ligados con la
personalidad o el dinero.
Es decir, el concepto de
nacionalismo ha sido predicado, y rara vez favorecido en el manejo de nuestro
fútbol en los últimos 50 años.
O sea, les ha importado poco el público aficionado, ese que mantiene
viva la actividad del deporte profesional.
No me gusta citar nombres, no por miedo sino porque dejaría a varios fuera
de la lista y otros ya no están en el mundo de los vivos. Incluyen varios que usaron el fútbol para su
propio beneficio, para obtener o mantener posiciones políticas o comunitarias./
Lea una lista de los equipos de primera división que nacieron y murieron en los
últimos 50 años, la mayoría por servir intereses personales y no comunitarios:
Asturias, España, Necaxa, Marte, Jalisco, Moctezuma, A.D.O., Veracruz,
Oro, Tampico, San Sebastián, Zacatepec, La Piedad, Atlético Español, Irapuato,
Nacional, etc. Y aquí le paro para que
no me llamen “aficionado viejito”…
El fútbol europeo ha crecido porque sus equipos son instituciones con
socios que hacen que año tras año se sostenga y respete la importancia de su
institución. Hoy, es preciso pagarle a
los aficionados el boleto para que asistan al estadio a echar “porras” (no
siempre muy deportivas); hemos olvidado que lo que hace grande al deporte
profesional en cualquier parte del mundo, es la existencia de seguidores,
aficionados puros, que en las buenas o malas están con el equipo; a esos hay
que respetarlos y darles beneficios.
Tenemos que reconocer (tristemente) que en México el aficionado se guía
por chispazos aislados del éxito del equipo, o por los favores que recibe de
los directivos (léase $$$)
Y como el espacio no me permite mencionar la lacra mayor de nuestra liga
– que ya no existe como tal y bien le cae el diminutivo de “liguilla”; ese increíblemente
arcaico y antideportivo sistema de competencia, que se ha mantenido solo para
favorecer equivocados intereses
comerciales, que viven de un fútbol “profesional” mexicano; por favor, que aun los que piensan en términos
de $$ deben admitir que somos únicos en el mundo que tercamente insistimos en
mantener un absurdo sistema de competencia, con una “liguilla” donde se abusa
de la buena disposición del aficionado y de los jugadores, que solo tienen
seguros seis meses de trabajo.
Ah, y no se les olvide que yo
hablo no como columnista, sino como un real aficionado de nuestro fútbol, y nunca
seré su “enemigo”, como un esbirro del sistema me dijo en alguna ocasión.
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