EL
GRAN “NACHO” TRELLES CUMPLE 99 AÑOS DE EDAD
Por Carlos F.Ramírez
Conocí a Nacho Trelles en 1943, cuando él
jugaba en el “Necaxa” que dirigía
Don Ernesto Pauler. Yo era “niño-joven”. Un amigo mío, pariente del “Cachetón”
Armando Aguilar, estando yo de
vacaciones en el D.F. me llevó a un entrenamiento precisamente al Parque
“Necaxa”, allí cerquita de donde poco después se construyó el “Viaducto Miguel Alemán”.
Como buen “villamelón” de provincia, yo solo conocía por fotos a unos cuantos: a
los porteros, “Pulques” León y Rafael Navarro (con quien tuve amistad tiempo
después, en Monterrey); también estaban Carlitos Mendoza, el “Cachetón Aguilar –
excelente centro delantero, la pareja del ataque “electricista”, etc.
Un esmirriado de bigotito, muy amable, se dignó
charlar conmigo unos minutos. Así me topé por vez primera, con mi admirado
Nacho Trelles. Si lo saludé, no me
acuerdo; pero Nacho me ha insistido que
si recuerda haber saludado a un “chavo yucateco, que sabía más de fútbol que de
béisbol”...
De nuevo lo vi jugar el comienzo del
profesionalismo, en el América, con Roberto Scarone, uruguayo y entrenado ni
más ni menos que otro de mis admirados amigos, Don Luis Regueiro. Estando ya de interno, en 1946 estudiando
preparatoria en el Tec de Monterrey,- jugué y fuimos campeones locales dos veces, por la calidad de
mis compañeros internos: el “Chino” Saucedo y Rafael Quijano (ambos jugaron en
primera división). Entrenábamos donde lo
hacía el Monterrey, en ese su primer (y por
mucho tiempo único) año en Primera División.
Vi a Nacho entrenando en la última etapa de su vida
como jugador con el Monterrey, habiendo cerrado su ciclo cuando yendo a jugar a Guadalajara contra el “Oro”, y
cargando gasolina el autobús, alguien tiró un cerillo cerca de la bomba de gasolina.
Vaya tragedia.
Murieron tres jugadores (uno era costarricense) y muchos, entre ellos
Nacho, sufrieron serias quemaduras…Nacho ya no jugó, pero por fortuna decidió
convertirse en entrenador.
Me enorgullece decir que soy amigo y admirador
de Trelles, desde que mostró su habilidad con el Zacatepec de los cincuenta; luego
de su breve paso en el América, he hablado muchas veces y convivido con él desde 1957 a la fecha. Fui testigo de su “graduación” en Suecia 1958; siendo DT de la Selección
Nacional Antonio López Herranz, enfermó después del Campeonato Panamericano de
1956 y tuvo que dejar el puesto.
Nombraron lógicamente a un profesional, en este caso a Nacho, para que
tomara “temporalmente” al equipo nacional; y entre abril y octubre
de 1957 lo llevó a una rotunda clasificación para el Mundial 1958 en
Suecia.
Juzgue usted, lector:
Estas fueron las cifras del debut de Nacho como DT
nacional: 6-0 y 7-2 a Estados Unidos,
triunfos 3-0 y 2-0 contra Canadá; y
contra Costa Rica, 2-0 en la C.U. y un empate 1-1 en San José: 5 victorias y un
empate, 21 goles a favor y ¡solo 3 en contra!
Nos asombró a muchos, que pese a eso, no faltó
quien creyera que Nacho no “estaba listo” para ser el DT titular; así que
llamaron de nuevo al entonces delicado de salud López Herranz, para el Mundial
de Suecia de 1958.
La nobleza y disciplina de Nacho fue tan
grande, que acató la decisión y apoyó a un colega que lamentablemente enfermó y
poco después fallecería. Pero su actitud en lo que podemos llamar “bautizo de
fuego” como DT Nacional, demostró la calidad de mi amigo, siempre disciplinado
y honorable profesional del fútbol
Mexicano. Así se lo dije cuando le
reconocieron sus méritos hace unos meses en el “Salón de la Fama” de Pachuca.
Ahora acaba de cumplir 99 años y le deseo,
desde aquí, muchos años más con plena salud.
Nacho cuando era entrenador de la selección nacional. |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario