EL AMATEURISMO
CASI HA DESAPARECIDO DE LOS J.O.
Por Carlos F.Ramírez
He tenido la suerte de estar en varios Juegos
Olímpicos (desde 1952 a 1984); recuerdo
orgulloso en Melbourne 1956, el gran triunfo
de Joaquín Capilla, gran deportista olímpico, cuando ganó la medalla de oro en
clavados; antes, había ganado la de cobre
en Londres 1948 y plata en Helsinki 1952. Parece mentira, pero esa hazaña nadie la
recuerda en el moderno mundo deportivo mexicano.
De
hecho el amor del deporte por el deporte mismo, está ahora dependiendo de cuánto
dinero puede recaudarse con la actividad del deportista. Ignoro si todavía existen y logran objetivos,
tanto en el gobierno de México como en otros países, departamentos dedicados exclusivamente
a desarrollar el deporte de aficionados. (¿Recuerdan,
“mens sana in corpore sano”?)
Desde hace décadas, la garra del dinero ha
aparecido en toda actividad deportiva, hacienda que la mentalidad de niños y
jóvenes no se dirija a practicar el deporte por el deporte mismo, sino a
preguntar ¿cuánto puedo ganar si entreno y me hago profesional? Y no se diga de cuanto más por participar en
una competencia ¡ah! y sobre todo, por llegar a unos Juegos Olímpicos.
En
un análisis completo hecho en Brasil por una organización independiente se
reporta que el 89% de los participantes
en la reciente Olimpiada, recibe dinero
por representar a su país, aún en deportes dizque de aficionados. La conducta de algunos competidores “ricos en
dinero”, después de haber ganado su medalla, fue de irse de “pachanga” después
de cobrar bajo la mesa el dinero que sus federaciones o gobiernos les dieron.
Aclaro,
no estoy en contra de que se pague a alguien por explotar las habilidades que
Dios le dio. Pero por favor, no salgan
con que los Juegos Olímpicos son el enfrentamiento de deportistas “amateurs”. En nuestros días, la “Mente Sana in Corpore
Sano” es un negocio. ¿No cree usted
lector que es tiempo que los Comités Olímpicos del Mundo se quiten la careta y
digan abiertamente cuanto del dinero que ganan en una Olimpiada, realmente sirve para promover el deporte en
el mundo? Y sobre todo si así es la
cosa, ¿en qué y a cuáles países ayudan;
y con cuánto dinero?
Me
temo que nunca habrá respuesta. Pero no
olvidemos el dicho mexicano: “tanto peca el que mata a la vaca, como el que le
agarra la pata”…
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