viernes, 2 de septiembre de 2016

EL AMATEURISMO CASI HA DESAPARECIDO DE LOS J.O.

Por Carlos F.Ramírez

He tenido la suerte de estar en varios Juegos Olímpicos (desde 1952 a 1984);  recuerdo orgulloso en Melbourne 1956, el  gran triunfo de Joaquín Capilla, gran deportista olímpico, cuando ganó la medalla de oro en clavados; antes, había ganado  la de cobre en Londres 1948 y  plata en Helsinki 1952.  Parece mentira, pero esa hazaña nadie la recuerda en el moderno mundo deportivo mexicano.
            De hecho el amor del deporte por el deporte mismo, está ahora dependiendo de cuánto dinero puede recaudarse con la actividad del deportista.  Ignoro si todavía existen y logran objetivos, tanto en el gobierno de México como en otros países, departamentos dedicados exclusivamente a desarrollar el deporte de aficionados. (¿Recuerdan, “mens sana in corpore sano”?)
Desde hace décadas, la garra del dinero ha aparecido en toda actividad deportiva, hacienda que la mentalidad de niños y jóvenes no se dirija a practicar el deporte por el deporte mismo, sino a preguntar ¿cuánto puedo ganar si entreno y me hago profesional?  Y no se diga de cuanto más por participar en una competencia ¡ah! y sobre todo, por llegar a unos Juegos Olímpicos.
            En un análisis completo hecho en Brasil por una organización independiente se reporta  que el 89% de los participantes en la reciente  Olimpiada, recibe dinero por representar a su país, aún en deportes dizque de aficionados.  La conducta de algunos competidores “ricos en dinero”, después de haber ganado su medalla, fue de irse de “pachanga” después de cobrar bajo la mesa el dinero que sus federaciones o gobiernos les dieron.
            Aclaro, no estoy en contra de que se pague a alguien por explotar las habilidades que Dios le dio.  Pero por favor, no salgan con que los Juegos Olímpicos son el enfrentamiento de deportistas “amateurs”.  En nuestros días, la “Mente Sana in Corpore Sano” es un negocio.  ¿No cree usted lector que es tiempo que los Comités Olímpicos del Mundo se quiten la careta y digan abiertamente cuanto del dinero que ganan en una Olimpiada,  realmente sirve para promover el deporte en el mundo?  Y sobre todo si así es la cosa, ¿en qué y a cuáles países ayudan;  y con cuánto dinero?

            Me temo que nunca habrá respuesta.  Pero no olvidemos el dicho mexicano: “tanto peca el que mata a la vaca, como el que le agarra la pata”…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario