HA FALLECIDO UN
GRAN PERIODISTA Y EXCELENTE MEXICANO: JULIO SCHERER
Por Carlos F.Ramírez
El periodismo mexicano tan complejo como es y a
veces vituperado con o sin razón, está de luto.
Acaba de fallecer un ético y limpio periodista que sin exageración fue
maestro de generaciones de periodistas y comentaristas, de políticos y
gobernantes: Don Julio Scherer.
Quiero compartir con usted lector, la imagen de
alguien que admiré y en forma sencilla y profunda me aclaró lo que debía ser el
periodismo; y que además llenó toda una época de valiente periodismo mexicano.
Lo que me dijo me educó en lo responsabilidad del periodista, del informador,
del columnista. De otra forma jamás
hubiera iniciado este medio de información, una de las tareas más amables que
desarrollo hoy…
Conocí a
Don Julio Scherer recientemente fallecido cuando me promovieron de mi
trabajo con Du Pont en Dinamita, Durango (sí, así se llamaba el sitio donde se
fabricaba dinamita para usos industriales) a una nueva fábrica en el DF de “acabados
industriales” (elegante nombre que se da a las pinturas). Mi columna “Como
Les Iba diciendo” nació en “El Siglo de Torreón”, desde 1952. Dejé de publicarla, cuando llegué al D.F. en
1956.
Pero la “fiebre del periodismo” (que contraje
desde que estaba en Secundaria) nunca me ha abandonado. Así que al arribar a la Capital, mientras
charlaba con Don Manuel Seyde (q.e.p.d.) en el diario “Excélsior” (esperanzado en
poder seguir escribiendo en mis ratos libres), llegó a su oficina un personaje
que hace unos días entregó su alma al Creador: don Julio Scherer, entonces
director del periódico. En la breve conversación
que tuvo conmigo ese día cambió mi concepto del periodismo, hasta entonces
visto por mí como una especie de “hobby”.
El Sr. Scherer, interrumpiendo la
conversación que sostenía con el Sr. Seyde (chispeante crítico del deporte) en
forma directa fue al punto. Claro y
contundente (como era), me preguntó que buscaba yo en el periodismo. Confesé que sin haber sido un profesional, siempre
me había gustado escribir sobre distintos temas, desde mis días en el Tec de
Monterrey cundo colaboraba en “El Borrego” (la revista del Tec); además de mi
columna en “El Siglo”, etc.
Don Julio me miró a los ojos y me dijo,
“Jovencito, el periodismo es para profesionales. No es un juego. Se toma en serio o mejor ni lo
practique. Es muy difícil decir la
verdad, sin mentir ni exagerar. Para mí,
es como una religión: no puede practicarse a medias o con criterio
vendido. Tampoco es una diversión para matar
el tiempo”. Me palmeó y salió de la oficina.
Nunca olvidé esas palabras. Desde entonces traté de ser cauteloso en lo
que escribo y donde lo escribo. Por ello
ahora que Don Julio falleció me vino a la mente su filosofía de respeto al periodismo
veraz y mesurado, verídico y honesto.
Así es: el criterio propio no debe venderse a ningún postor.
Por eso siempre recordaré a Don Julio, un verdadero
periodista que vivió practicando lo que predicaba, con ética y su amor a la
verdad. Nunca lo supo, pero fueron sus
palabras las que me siguen inspirado a nunca vender mi criterio, aun cuando mi
labor en el periodismo haya sido muy limitada.
Estoy seguro que don Julio descansa en un sitio muy especial, al lado de
periodistas intachables como también lo fue mi maestro y amigo, Flavio Zavala
Millet y algunos más.
Lamentablemente, no muchos más…
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