Y EN LA ETAPA
FINAL DEL MUNDIAL 1954, POLITICA CONTRA DEPORTE…
Por Carlos F.Ramírez
Siempre es difícil justificar lo que llaman
“sorpresas en un Mundial”. El fútbol
depende del esfuerzo humano de jugadores, y ese esfuerzo no es tanto físico,
sino mental. Hungría era el favorito de
todos para ganar en 1954. Su trayectoria
y sus jugadores parecían garantizarlo. Pero…hubo un factor que pocos han tomado
en cuenta y que muchas décadas después me lo ratificó Ferenc Puskas el alma en
el ataque de los magiares.
Hungría estuvo años sometido a la dominación soviética.
Sus futbolistas eran atletas de estado, imbatibles desde años antes de su aparición en
el Mundial de 1954. Eso significaba
mucha presión para ganar. En Hungría, un país con un pasado de
patriotismo y cariño a sus raíces,
imponían la importancia de no ser derrotados, menos que todos por
Alemania.
En cuartos de final, Austria eliminó a Suiza en
un candente partido que termino
7-5 y donde los jugadores terminaron agotadísimos. Uruguay confirmó su casta derrotando 4-2 a Inglaterra en
Basilea; los alemanes occidentales 2-0 a Yugoslavia en Ginebra; y el juego de Berna entre
húngaros y brasileños pasó a la historia.
Y es que la mezcla del deporte con la política,
el orgullo de ganar una Copa Mundial como
fuera, influye siempre en el desempeño de los jugadores.
Conocimos
a Puskas en Londres, en 1961. Acababa de
retirarse luego de cumplir brillante carrera con el Real Madrid. Recordó lo ocurrido en Suiza y leo sus
declaraciones: “En semifinales contra Brasil en
Berna, el partido fue tremendo; ellos
comenzaron a golpear desde el cuarto de hora, íbamos arriba 2-0, y quisieron desorganizarnos, tanto que
cometimos una falta en el área y anotaron el penalty; vivíamos la presión enorme de tener que ganar;
el ambiente era antideportiva, poco después
golpearon durísimo a Toth dentro del área, quien siguió jugando
arrastrando una pierna; Lantos metió el penal y nos puso 3-1. Pero Julinho anotó un gran gol y se acercaron
2-3. El ambiente era caliente, Bozsik
golpeó feamente a Santos, quien respondió y ambos fueron expulsados; Didí
estrelló una pelota en el larguero y quien sabe por qué Djalma Santos persiguió
a Czibor (por toda la cancha). En el último minuto Kocsis desvió un tiro de Czibor
y anotó el cuarto gol. 4-2. Después
nuestro medio campista Lorant recibió una patada y terminó
cojeando. A mí, me habían golpeado tanto
que no podía caminar, cuando reclamé a Pinheiro me atacó y yo me defendí a
golpes. Ya terminado el juego, los brasileños invadieron nuestros vestuarios
y atacaron a botellazo limpio, noqueando a Toth. Fue un final penoso, pero provocado porque no
supieron perder.”
Tres días después, semifinales en Lausana, fue distinto
ante Uruguay. Partido limpio, de calidad, y aunque Hungría alineó suplentes, confirmaron su gran forma y derrotaron 4-2 en tiempos extras a un excelente equipo
uruguayo guiado por el gran veterano Andrade; habían terminado 2-2 gracias a que Hohberg empató con un
excelente gol faltando un cuarto de
hora; en tiempos suplementarios, el mismo Hohberg estrelló un remate en un
poste; pero en la agonía del juego, Kocsis anotó dos veces con cabezazos
impresionantes y los magiares ganaron 4-2.
Fue un gran partido, para muchos el mejor del Mundial, excelente exhibición de los húngaros, pese a
la ausencia de Puskas, que seguía sufriendo el efecto del taponazo del alemán
Liebrich. Pero lesionado o no, pidió ser alineado para la final, que se jugaría
contra Alemania que había goleado 6-1 a Austria en la otra semifinal.
Hungría en 1954 |
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