jueves, 8 de junio de 2017

EL CASO FIFA: “PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO”

Por Carlos F.Ramírez


Muchos de quienes creemos en un fútbol no tanto como negocio lucrativo, sino como diversión de niños, jóvenes y aficionados, los que aún aman el deporte por el deporte mismo…soñamos que así sería el fútbol de nuevo, luego de que hace unos meses se habló de investigaciones y castigos al grupo mundial de “vivos” quienes, durante mucho tiempo, escudados detrás de FIFA, la aprovecharon para su propio beneficio.

Creo que hay muchos como yo, “románticos” (otros nos llaman ingenuos) que aún vemos el futbol, además de negocio legal, como diversión limpia.  Cuando tronó el cohete de la FIFA de Havelange y Blatter, pensamos que ahora sí, vendría   su renacimiento; que los culpables de enriquecimiento ilegal que les produjo el manejar FIFA “a su modo” por casi tres décadas, recibirían el castigo que merecen. 

Para ello se nombró un comité, cuyo supuesto objetivo era identificar y castigar legalmente a esas personas, que usando FIFA y “anexas” como negocio propio y personal, lograron enriquecerse ilegalmente.  Esto sin contar el deterioro a la imagen del deporte más popular del mundo; pero eso sí, no eran nada tontos…

Por eso se rodearon de supuestos abogados conocedores, quienes debían castigar legalmente a culpables de lo que sin duda se llama “corrupción”; y sugerir cómo podía FIFA ser dirigida para evitar que se repitiera lo ocurrido.  Entiendo que les pagaron buen dinero por su trabajo; y durante casi 25 semanas se concentraron en larga y lucrativa investigación, para señalar quienes serían juzgados y de merecerlo castigados; los ingenuos pensamos que finalmente, el deporte más popular del mundo sería reivindicado, limpiado y colocado donde siempre ha merecido estar.  Pero tuve temor de que después de todo, ya que el futbol es un deporte único, que tiene millones de seguidores; y por eso facilita el enriquecimiento de tantos “vividores” explotadores. 

En lo personal, recé, pero temí que no ocurriría el milagro y, aparentemente, mi rezo no ha sido escuchado.

 Gradualmente, la lista de culpables ha ido desapareciendo gracias a expertos abogados que protegen bien y justifican y han dejado “vivitos y coleando”, a docenas de acusados de haberse enriquecido explotando el manejo del deporte más popular del mundo.  Así, van desapareciendo noticias de cuando y como habrá juicios legales que apliquen los castigos que merecen.

Don Joao Havelange (q.e.p.d.) nunca devolvió nada de lo que dijeron había tomado ilegalmente; su protegido Joseph Blatter, vive cómodamente después de haber perdido su “chamba”; pero no el dinero que arropó en los bancos de su país.    
Solo los menos inteligentes o audaces; los que me supongo sacaron menos dinero, están en juicio; pero como hay abogados que son muy buenos para estirar las leyes hasta que se olvidan los pecados; y sobre todo en un país como Suiza, donde inventaron cómo guardar dinero sin importar mucho el “cómo se ganó”; y son expertos en el arte de saber conservarlo “legalmente” para gastarlo cómodamente.

Eso sí, aparte de lo que le tocó al ya fallecido Sr. Havelange y su brazo derecho Blatter (nadie sabe cuánto), la “conservadora “cifra que se maneja es de 200 millones de dólares que ilegalmente fue a los bolsillos de unos 35 culpables, cuyos juicios varían. (algunos están en marcha, otros ni han comenzado y tal vez nunca comiencen).

Hasta ahora y por lo ocurrido en esos juicios, da la impresión que algunos serán los “chivos expiatorios” y otros saldrán del problema sin devolver un centavo…(Lo que hubieran devuelto me supongo, debe estar en los bolsillos de sus abogados).

Hay los optimistas de siempre que insisten que la nueva FIFA va a llevar los juicios hasta el fin.  Pero no dicen ni cuándo ni cómo será ese “fin”.  Tristemente, les digo que los más culpables o ya salieron o saldrán limpios e intocables; y solo unos cuantos “honestos” o ingenuos que aceptaron su pecado recibirán su castigo, o un perdón “por falta de pruebas”.   Y si no, al tiempo…


Sinceramente digo, (y ojalá esté equivocado) que en este mundo más que nunca antes, hace falta honestidad, castigar a los culpables y educar a las nuevas generaciones sobre lo que quiere decir ser honestos; no solo en los negocios y la vida diaria, también en el deporte profesional.
Blatter, ¿impune?