EL SISTEMA ACTUAL DEL FUTBOL MEXICANO DEBE DE DESAPARECER

Por Carlos F.Ramírez

Uno se pregunta qué dirección hubiera tomado la Liga de Primera División de México, si no se les hubiera ocurrido crear el absurdo sistema de "liguillas" y medios campeonatos.  Contrario a lo que parecen pensar los directivos, nuestra liga es motivo de risa callada en otros países del Mundo.  ¿Cómo puede ser justa una competencia, en que no se juega como solía ser antes, dos vueltas de torneo, ida y vuelta, dando a todos los equipos la oportunidad de jugar el mismo número de partidos tanto en su propia cancha como en cancha ajena?

Le doy vueltas a las razones que llevaron primero a crear la "liguilla" mexicana, absurda porque no está basada en recompensa a los mejores, sino al contrario, castigarlos.  Además, ha permitido que hagan carrera (y buen dinero) algunos de los que pomposamente se les conoce como "Directores Técnicos" que como saben manejar las matemáticas, programan la preparación y alineación de sus equipos, para lograr el mínimo de puntos que les permita ir a una segunda liguilla dentro de la ya bautizada "liguilla". Al margen de la injusticia deportiva que esto representa, la burla al público mexicano, tan buena gente y resignado, que ya aceptó como natural que el equipo que termina una ronda de juegos en primer lugar solo en un 25% de los casos ha podido ratificar su supuesta supremacía jugando en esa broma de mal gusto que llaman "Liguilla" (nombre despectivo que le queda como "anillo al dedo").

¿No creen ustedes, lectores aficionados, que si el sistema fuera justo, deportivo y productivo ya lo hubieran adoptado las ligas europeas y sudamericanas? Estas últimas comenzaron a usarlo, hasta que se dieron cuenta que un torneo de ese tipo es injusto, invita a entrenadores (sobre todo) y algunos jugadores a reservar habilidad y fuerzas en ganar los puntos mínimos necesarios (la matemática lo informa a cualquiera) para concentrarse en lucirse en los 4 o 6 partidos que deciden en menos de un mes lo que antes se definía en 12 meses.

Cuantas veces he tratado el asunto en mis contactos con gente de otras ligas del mundo, la reacción es la misma: o se ríen o los más educados, me preguntan si no nos hemos dado cuenta que el sistemita beneficia solo a irresponsables propietarios, medios de difusión y entrenadores "aventureros", que se meten mucho dinero a la bolsa a costa del público que siempre es paciente y amable con su deporte favorito.  Y también me preguntan, ¿por qué las autoridades del espectáculo profesional lo permiten? ¿O no es cierto que alguien debería proteger los intereses del público que paga por ver lo que para mí es un remedo de liga de competencia?  Por eso vemos la entrada y salida de propietarios de equipo, jugadores y entrenadores que han colocado a nuestra Liga de Primera división en motivo de risa (y en el caso de gente pensante, se preguntan por qué se ha permitido que el espectáculo que cuesta dinero sirva para tomarle el pelo al aficionado y llenar las alforjas de sus promotores con dinero)

Me lo han preguntado tantas veces que ya ni siquiera tengo respuesta aceptable. Usted lector, ¿no cree que debemos hacer algo o cuando menos hacemos oír?