viernes, 10 de noviembre de 2017

EN LA FIFA, TARDE O TEMPRANO LA VERDAD SALE A FLOTE

Por Carlos F.Ramírez

Mis padres y abuelos solían decirme que “tarde o temprano, la verdad y la honestidad triunfan, aun en un mundo lleno de expertos en hacer trampa y chicanerías”. Tristemente, la vida me ha enseñado que esas sabias palabras tarde o temprano, ocurren en la realidad.
           
            Hoy me refiero a la acción civil que ha comenzado en tribunales de Estados Unidos contra quienes manejaron (y aparentemente siguen manejando), los intereses de FIFA y del futbol mundial.  Acabo de leer un   documento de 42 páginas que reporta 92 diferentes actos negativos, que suman más de 200 millones de francos, obtenidos por gente que manejó FIFA en los últimos tiempos.

            Veinticuatro de los acusados han admitido culpa, y esperan de los tribunales el castigo que recibirán.  Hay un número no definido que ha negado los cargos; y 15 han evadido el castigo hasta ahora, entre ellos gente del futbol Sudamericano como Leoz, Teixeira y Del Nero.

Desde luego varía el nivel de responsabilidad, como ocurre con el triunvirato que manipuló FIFA al final: en el centro de todo están Sepp Blatter, presidente y Jerome Walcke, secretario.  Ellos son el centro de todo, y aunque están libres, esperan su castigo; (hay un tercero que escapó del escándalo por haber aceptado su culpa a tiempo:  el francés Michel Platini)…

            Un cuarteto acusado de corrupción y fraude estaba (ahora son tres) en la “lista de espera”:  José María Marín, escondido en la “Torre Trump” de Nueva York; el sucesor de Leoz, Juan Angel Napout que vive en Florida; y el peruano Manuel Buergo.   El cuarto, que se salvó (por haber muerto luego de haber confesado su culpa), fue Chuck Blazer.

            Los verdaderos aficionados al fútbol (incluyendo directivos honestos) deben
ver hacia delante, ser positivos, elegir gente honesta que dirija el fútbol; pero exigiendo que ahora si, funcione la “escoba” que acabe de limpiar todo lo negativo que se ha ido filtrando en el fútbol mundial desde hace poco más de tres décadas.  Quienes amamos nuestro deporte, sentimos esa “filtración”; tristemente, poco hicimos para detener el mal a tiempo.  Que sea una lección para quienes vemos el fútbol, no solo como negocio sino como diversión de multitudes; y sobre todo “escuela” de niños y jóvenes; cuidemos que en el futuro siga siendo una diversión pública: un deporte que sin dejar de ser negocio sea manejado con toda limpieza y  responsabilidad.       


            Y no olvidemos que la mejor limpieza comienza en terreno propio más que en terreno de otros…

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