martes, 9 de diciembre de 2014

"TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR" Y USTED ¿QUE OPINA?

Por Carlos F. Ramírez

Ha sido mi costumbre por mucho tiempo, no criticar lo que creo podría mejorarse en el fútbol mexicano, a menos que pueda uno sugerir soluciones factibles.  Y sobre todo, que esté en mis manos aplicarlas. Criticar es muy sencillo, lo difícil es sugerir soluciones a las que uno apueste que resolverán el problema. Llevamos décadas de criticar al vacío los errores del deporte mexicano y algunos de sus administradores.

De vez en cuando surgen figuras de gran valía internacional; en la natación (Capilla y otros), en el atletismo (nuestros militares, campeones mundiales y olímpicos en hipismo y  carreras de resistencia ); uno que otro as tenista masculino o femenino…aunque creo que usted lector tiene su propia idea del por qué han sido tan pocos; yo me voy a animar a dar algunos de mis conceptos, desde luego abiertos a la crítica.

En primer lugar, las escuelas y universidades dan al deporte cada vez más un valor secundario.  Han dejado de existir ligas de beisbol o fútbol o fútbol Americano (si es que usted llama deporte a este juego de “buzos y escafandras” como irónicamente lo bautizó mi querido amigo Flavio Zavala Millet); y las que hay no tienen el arrastre popular que en algún tiempo tuvieron.

Hablemos concretamente del fútbol asociación o “soccer” como ya empezaron a llamarle algunos “pochos”.

Desde tiempo inmemorial el fútbol mexicano ha sufrido falta de liderazgo permanente. Cuando el fútbol apareció en México lo introdujeron en forma ordenada, los ingleses primero y enseguida los españoles; tenían calendarios de competencia con lógica..  Cuando ya popularizado se hizo profesional allá por 1942, tuvimos nuestros propios ídolos (Casarín, “Dumbo” López, Estrada, el “Calavera” Ávila, el “Aclante” de los “prietitos”);el fútbol se hizo popular.  Pero desde entonces…

El crecimiento de nuestra liga es paralela a pleitos continuos porque debemos de aceptar, que quienes más daño han hecho al fútbol mexicano, han sido mexicanos que quieren favorecer no al deporte ni al público aficionado, sino a sus propios objetivos, que van de prepotencia, a beneficios personales o de instituciones políticas o financieras o comerciales; ligados con la personalidad o el dinero.
  Es decir, el concepto de nacionalismo ha sido predicado, y rara vez favorecido en el manejo de nuestro fútbol en los últimos 50 años.

O sea, les ha importado poco el público aficionado, ese que mantiene viva la actividad del deporte profesional.   No me gusta citar nombres, no por miedo sino porque dejaría a varios fuera de la lista y otros ya no están en el mundo de los vivos.  Incluyen varios que usaron el fútbol para su propio beneficio, para obtener o mantener posiciones políticas o comunitarias./ Lea una lista de los equipos de primera división que nacieron y murieron en los últimos 50 años, la mayoría por servir intereses personales y no comunitarios:
Asturias, España, Necaxa, Marte, Jalisco, Moctezuma, A.D.O., Veracruz, Oro, Tampico, San Sebastián, Zacatepec, La Piedad, Atlético Español, Irapuato, Nacional, etc.  Y aquí le paro para que no me llamen “aficionado viejito”…

El fútbol europeo ha crecido porque sus equipos son instituciones con socios que hacen que año tras año se sostenga y respete la importancia de su institución.  Hoy, es preciso pagarle a los aficionados el boleto para que asistan al estadio a echar “porras” (no siempre muy deportivas); hemos olvidado que lo que hace grande al deporte profesional en cualquier parte del mundo, es la existencia de seguidores, aficionados puros, que en las buenas o malas están con el equipo; a esos hay que respetarlos y darles beneficios.
Tenemos que reconocer (tristemente) que en México el aficionado se guía por chispazos aislados del éxito del equipo, o por los favores que recibe de los directivos (léase $$$)

Y como el espacio no me permite mencionar la lacra mayor de nuestra liga – que ya no existe como tal y bien le cae el diminutivo de “liguilla”; ese increíblemente arcaico y antideportivo sistema de competencia, que se ha mantenido solo para favorecer equivocados  intereses comerciales, que viven de un fútbol “profesional” mexicano;  por favor, que aun los que piensan en términos de $$ deben admitir que somos únicos en el mundo que tercamente insistimos en mantener un absurdo sistema de competencia, con una “liguilla” donde se abusa de la buena disposición del aficionado y de los jugadores, que solo tienen seguros seis meses de trabajo.


 Ah, y no se les olvide que yo hablo no como columnista, sino como un real aficionado de nuestro fútbol, y nunca seré su “enemigo”, como un esbirro del sistema me dijo en alguna ocasión.  

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