lunes, 8 de junio de 2015

AÑOS DE RENOVACIÓN DEL FÚTBOL MEXICANO: 1918-1920

Por Carlos F.Ramírez

No cabe la menor duda que con la aparición del “Centro Unión”, el público aficionado al fútbol aumentó notoriamente.  Esto fue no solo porque se trataba de un nuevo equipo realmente mexicano; sino porque además enfocaba la nueva generación de un país que había iniciado su propio desarrollo. 

Esto sin negar,  que los equipos pioneros nacidos del patrocinio de  gente europea o descendientes directos de europeos, habían sido también mexicanos, ya que sus fundadores habían echado raíz y simiente en el  País.

Digamos que renovó a una liga que requería renovación, pues no fueron solo estudiantes educados en su origen sino familias de alumnos de colegios Maristas quienes apoyaron enseguida el “Centro Unión” que apareció en el histórico torneo de 1917-18.

Las naciones “jóvenes” de América, como lo era México, lograron su consolidación y su libertad con ayuda de la inmigración europea (especialmente la española), que intervino ahora en forma pacífica en ayudar al desarrollo de países que antes había dominado.  En el fútbol mexicano, a lo que aportaron los británicos debe mencionarse a los cientos de hispanos que hicieron de México su segunda Patria y aportaron además de un Club Social y Deportivo, un “parque” – nombre genérico que se daba a los nacientes estadios – para practicar el deporte. 

Muchos se preguntan por qué esto ocurrió más en el Centro del País.  La respuesta es sencilla: el clima ideal del centro de México permitía practicar el deporte al aire libre casi todo el año.

Además, las nuevas generaciones habían aceptado el deporte; y el público capitalino había desarrollado desde principios del Siglo XX, espectáculos populares como el boxeo, las corridas de toros, el “base-ball”; y a partir del impulse que le dieron los europeos avecindados, el “football association”.

Aquí vale la pena recordar que con o sin razón, nacían en ese tiempo todas las innovaciones y espectáculos del país en la Capital, un “centralismo” que sin duda retrasó sin querer a casi todas las provincias del País, cuyo “despegue” deportivo (salvo raras excepciones) había sido lento en contraste con el centro del País.

 Así que el Campeonato 1917-18 es histórico por haber sido un “parte aguas” del fútbol mexicano.  Abrió la puerta a generaciones nuevas de jóvenes mexicanos, y no solo a los hijos de inmigrantes españoles (el Deportivo Español), a la colonia alemana residente (el equipo “Germania”); sino especialmente a los alumnos mexicanos de las escuelas Maristas del centro del País.

En ese ambiente cordial y de renovación apareció un sólido “parte aguas” del fútbol mexicano: el Campeonato 1918-19.









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