lunes, 19 de enero de 2015

HA FALLECIDO UN GRAN PERIODISTA Y EXCELENTE MEXICANO: JULIO SCHERER

Por Carlos F.Ramírez

El periodismo mexicano tan complejo como es y a veces vituperado con o sin razón, está de luto.  Acaba de fallecer un ético y limpio periodista que sin exageración fue maestro de generaciones de periodistas y comentaristas, de políticos y gobernantes: Don Julio Scherer.

Quiero compartir con usted lector, la imagen de alguien que admiré y en forma sencilla y profunda me aclaró lo que debía ser el periodismo; y que además llenó toda una época de valiente periodismo mexicano. Lo que me dijo me educó en lo responsabilidad del periodista, del informador, del columnista.  De otra forma jamás hubiera iniciado este medio de información, una de las tareas más amables que desarrollo hoy…

Conocí a  Don Julio Scherer recientemente fallecido cuando me promovieron de mi trabajo con Du Pont en Dinamita, Durango (sí, así se llamaba el sitio donde se fabricaba dinamita para usos industriales) a una nueva fábrica en el DF de “acabados industriales” (elegante nombre que se da a las pinturas).  Mi columna    “Como Les Iba diciendo” nació en “El Siglo de Torreón”, desde 1952.  Dejé de publicarla, cuando llegué al D.F. en 1956.

Pero la “fiebre del periodismo” (que contraje desde que estaba en Secundaria) nunca me ha abandonado.  Así que al arribar a la Capital, mientras charlaba con Don Manuel Seyde (q.e.p.d.) en el diario “Excélsior” (esperanzado en poder seguir escribiendo en mis ratos libres), llegó a su oficina un personaje que hace unos días entregó su alma al Creador: don Julio Scherer, entonces director del periódico.  En la breve conversación que tuvo conmigo ese día cambió mi concepto del periodismo, hasta entonces visto por mí como una especie de “hobby”.

El Sr. Scherer, interrumpiendo la conversación que sostenía con el Sr. Seyde (chispeante crítico del deporte) en forma directa fue al punto.  Claro y contundente (como era), me preguntó que buscaba yo en el periodismo.  Confesé que sin haber sido un profesional, siempre me había gustado escribir sobre distintos temas, desde mis días en el Tec de Monterrey cundo colaboraba en “El Borrego” (la revista del Tec); además de mi columna en “El Siglo”, etc. 

Don Julio me miró a los ojos y me dijo, “Jovencito, el periodismo es para profesionales.  No es un juego.  Se toma en serio o mejor ni lo practique.  Es muy difícil decir la verdad, sin mentir ni exagerar.  Para mí, es como una religión: no puede practicarse a medias o con criterio vendido.  Tampoco es una diversión para matar el tiempo”.  Me palmeó y salió de la oficina.
Nunca olvidé esas palabras.  Desde entonces traté de ser cauteloso en lo que escribo y donde lo escribo.  Por ello ahora que Don Julio falleció me vino a la mente su filosofía de respeto al periodismo veraz y mesurado, verídico y honesto.  Así es: el criterio propio no debe venderse a ningún postor.

Por eso siempre recordaré a Don Julio, un verdadero periodista que vivió practicando lo que predicaba, con ética y su amor a la verdad.  Nunca lo supo, pero fueron sus palabras las que me siguen inspirado a nunca vender mi criterio, aun cuando mi labor en el periodismo haya sido muy limitada.  Estoy seguro que don Julio descansa en un sitio muy especial, al lado de periodistas intachables como también lo fue mi maestro y amigo, Flavio Zavala Millet y algunos más.


Lamentablemente, no muchos más…


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