martes, 3 de junio de 2014


COPA DEL MUNDO 1938: SOLO EUROPEOS

 

Por Carlos F.Ramírez

 

En la perspectiva del Continente Americano, solamente Brasil mantenía firme su meta de figurar entre los mejores del futbol mundial.  Una vez más el desprecio de los europeos por el joven Continente fue evidente, al rechazar toda posibilidad de que un país de América fuera sede del Mundial.  No importa el avance meteórico del fútbol argentino, ni el título de campeón mundial 1930 de Uruguay;  Europa estaba pensando que el Nuevo Continente no se merecía organizar el Mundial, pese a que había ganado el primero. O tal vez por eso….

 

Resulta curioso que de América Latina, solamente Brasil y Cuba pidieron participar.  En Cuba, el fútbol avanzaba impulsado por las asociaciones de origen español (como el Juventud Asturiana), pero decididamente la afición de los caribeños estaba enfocada a otros deportes, principalmente al béisbol.  En 1938 se celebraron los Juegos Centro Americanos y del Caribe en Panamá,  y desde  dos años antes una selección cubana ya circulaba y se preparaba. Visitaron México para jugar contra los clubes de la Liga y sólo pudieron ganar uno de cinco juegos, inclusive se llevaron goleadas  de 3-0, 4-0 y 8-3 jugando contra clubes;  y decidieron no enviar equipo al Mundial, y en cambio una serie internacional entre México y Estados Unidos, mostró que en esta región el fútbol mexicano seguía siendo el más importante, pues en tres partidos amistosos contra Estados Unidos, México ganó 7-2, 7-3 y  5-1.  Y por si fuera poco, México volvió a ganar el Campeonato de los Juegos Centro Americanos y del Caribe en Panamá en 1938.

 

Por otra parte, la soberbia de Europa estaba cimentada en un mundo que se agitaba gravemente alrededor de la violencia.  Cuando se le concedió a Francia la sede del Mundial de 1938,  España estaba en medio de su terrible Guerra Civil; Japón había invadido China y estaba ocupada en lo que entonces era su sueño de conquista asiática; y Austria había sido absorbida por los Nazis de Alemania. Es natural entonces que solamente Brasil y Cuba y las Indias Holandesas (Hoy Surinam) fueran los únicos que representaron a América en el último mundial celebrado antes de la terrible II Guerra Mundial.

 

Inicialmente, pareció que el equipo cubano sorprendería y justificaría su intenso interés en desarrollar el fútbol en la Isla.  Les tocó jugar contra Rumania, que no era precisamente una potencia pero tampoco jugaba un fútbol despreciable.  El partido terminó con un empate 3-3. Jugaron el desempate y el fútbol veloz y práctico de los Antillanos se impuso ganando 2-1, la única victoria mundialista en esa única presencia del fútbol cubano en finales de un Mundial.

 

(Cabe mencionar que algunos jugadores de origen hispano en el  equipo cubano como el portero Ayra, el mediocampista  Rodríguez y el atacante Tuñás, se enrolaron  poco después en el fútbol mexicano, y estos dos últimos se quedaron a vivir en México.  Pero sorprendieron agradablemente aunque luego fueron eliminados por Suecia 8-0, sin duda  por falta de condición física para jugar tantos partidos consecutivos y en períodos cortos de tiempo, en un ambiente muy distinto del  verano antillano.

 

Pero el que representó bien el real nivel del fútbol de  América, fue Brasil.  No había duda que el fútbol centro europeo era de los mejores, pero los italianos habían dedicado todo su esfuerzo a mantener el alto nivel de juego que ya habían demostrado cuatro años antes. La habilidad de su técnico, el haber mantenido un equipo básico, su intensa actividad dentro del fútbol europeo y el apoyo incondicional del gobierno, le permitieron demostrar que en ese período eran los mejores del mundo.

 

Pero se pensó en la posibilidad de que Brasil, que ahora si se preparó debidamente y tenía un DT capaz, buen motivador y estratega (Ademar Pimenta) pudiera interponerse en el camino de los italianos.  Estaba además el fútbol centro europeo (Hungría) y el de Suecia, ambos habían desarrollado una técnica que podía superar a los italianos.  Pero pese a todo,  Italia era el favorito para repetir su éxito dudoso de cuatro años antes, pues Vittorio Pozzo seguía al frente del equipo.

 

Brasil llevó un contingente capaz y bien preparado, con jugadores cariocas fundamentalmente, como el gran defensa Domingos Da Guía (Flamengo), Romeu y Tim del Fluminense; Perácio y Patesko  del Botafogo, Brandao del Corinthians,  y sobre todo el goleador Leónidas da Silva del Flamengo.

 

Así, primero en su debut empató 4-4 contra Polonia, pero en el desempate ganaron 2-1;  luego tuvieron que luchar en tres partidos contra los difíciles checos, y después de empatar  1-1, dos días después jugaron un segundo partido y lo ganaron por 2-1.

 

Fue, desde luego, un desgaste tremendo del equipo brasileño-carioca, pese a lo cual Italia sudó para ganarle 2-1 en semifinales; y por el tercer lugar derrotaron 4-2 a Suecia.  Por si fuera poco Leónidas Da Silva fue el goleador del Mundial, con 8 goles.

 
Leónidas, goleador del Mundial 1938

La Italia de Pozzo jugó por nota y aprovechó las circunstancias, basados en sus triunfos previos  de 1934 en el Mundial y en el fútbol olímpico de 1936.  Como decía, era un equipo que jugaba por nota, guiados por Silvio Piola tal vez el mejor jugador europeo de esos tiempos; y una defensiva que era un “muro” (Locatelli Rava y Foni), el juego inteligente de Sarossi y la endiablada velocidad de Titkos.  Sin embargo uno piensa que si Brasil no hubiera tenido que jugar esos tres partidos en un plazo corto, en los tiempos en que la preparación física siendo más que aceptable no se compara con la de hoy día, seguramente hubiera cuando menos llegado a la final.

 
Italia, campeona del Mundial de 1938

Por cierto, como recordó el gran goleador Leónidas,  el juego contra Polonia que ganaron 2-1  los brasileños en medio de torrencial aguacero, la cancha se enlodó a tal grado que uno de sus zapatos se atoró en el barro de la cancha, por lo que a pie descalzo (solo con las medias) tomó una pelota y anotó un gol.  Curiosamente, poco después las reglas del juego cambiaron por ese incidente, y ahora es inválido el gol que se anote sin tener los zapatos puestos…

 

Así fue como se resolvió el último Mundial antes de la II Guerra Mundial.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario