martes, 28 de julio de 2015

ESTADOS UNIDOS 2015, ¿“BACK TO NORMAL”?  

Por Carlos F. Ramírez

Para mí fue una hazaña que el equipo mexicano ganara su séptimo título de la Zona Concacaf , aun cuando necesitó un discutido tiro de penal, y sin convencer hasta el  último minuto;  eso sí, mostró más “cancha” que sus rivales de Panamá, antes de llegar a una final relativamente fácil ante Jamaica.  Hazaña pequeña desde luego, ya que en general el nivel de juego del Tri ni se acercó al de otras ocasiones.  El triunfo angustioso ante  Panamá, se basó en un confuso “penalty” decisivo, que aunque no existió en mi opinión, rara vez un experimentado silbante lo marcaría en la agonía de un partido tan cerrado. 

Sí, es cierto que jugando fuera de canchas mexicanas, el nivel de fútbol de los rivales se incrementa. Pero por otra parte, el nivel de fútbol del equipo mexicano (en general) durante el torneo, distó mucho del que sabemos que tiene;  incluyendo el triunfo en la final ante un mejorado equipo de Jamaica.

Uno comprende la furia de los Panameños pues sin duda se habían defendido muy bien, sobre todo desde los 75 minutos cuando se quedaron con diez hombres.  Pero ni modo, en el fútbol gana el que anota el gol, que no siempre es el que juega mejor. 

No es correcto acusar de cansancio o falta de entusiasmo quienes juegan bajo una temperatura de 40 o más grados, porque el calor golpea por igual a todos.  Más bien creo yo, es el comprensible natural afán de rivales que quieren ganarle al que se supone que es (o era) el fútbol más importante de la Zona; sin olvidar los nervios de jugadores que están a punto de iniciar un nuevo torneo de liga. 

Sin ofender, ocurre (ellos lo reconocen) que una gran mayoría de aficionados locales  en los Estados Unidos (incluyendo a una mayoría de  “expertos” de medios informativos)  son  “villamelones” de un deporte que súbitamente es novedad y atrae ya no solo a los “Latinos” sino también de los “gringos”  jóvenes y viejos, niños y niñas, que lo juegan y se entusiasman (a veces aplauden lo que deberían silbar), pero es un proceso educativo para entender, no el “foot-ball” (para ellos solo hay uno), sino el “soccer”.

Además, el país está repleto de hispano-americanos y descendientes de europeos, que  gritando y aplaudiendo la jugada correcta  contagian a los locales; quienes en su mayoría  van por curiosidad a ver al “soccer”; o tal vez porque en su ciudad o pueblo hay equipo que compite en ligas locales. 

No hay duda: el fútbol de Estados Unidos está subiendo poco a poco de   categoría y calidad, especialmente en las ligas; y ahora se sienten importantes, porque fue el  país  que se atrevió a acusar a FIFA (sin olvidar que  un par de los acusados del fraude son estadounidenses). 
El lector entiende porque, una nación acostumbrada a triunfar en el deporte, siente  como balde de agua fría, haber perdido la supremacía en Concacaf.  Como insinuó el pasado domingo  Sunil Gulati, presidente de la Federación, es posible que Klinsmann tenga  sus días contados como DT, si pierden contra México el próximo 8 de octubre.  Por de pronto Gulati, anunció que no habrá  aumento de sueldo (el alemán cobra  2.5 millones de dólares anuales).  También Klinsmann  debe sentirse inquieto no solo por   el “pobre” desempeño reciente del equipo, sino además porque las mismas realidades de su personalidad, hicieron que dejara el puesto de DT alemán al final del Mundial 2006.  El dilema es que una condición que le puso su esposa para casarse con él fue que vivirían en los EE.UU.


Del cese de Miguel Herrera como técnico de México hablaremos otro día.

Jurgenn Klinsmann ¿sus días están contados?

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